Si estás leyendo esto, es muy probable que te estés divorciando o pensando en hacerlo. Lo siento mucho, de verdad, porque no es fácil, y en pensar en “un buen divorcio” podrá parecer lejos de lo que sientes, pero continúa leyendo, esto podrá ayudar.
Nadie se casa pensando en divorciarse, bueno… solo aquellos que se casan por papeles o por dinero. Después de eso, todos esperamos estar casados hasta que la muerte nos separe.
Desafortunadamente, no siempre es así. Lamento ser quien te informe de estas estadísticas horribles, pero en México la tasa de divorcio es del 33%, y en otros países es aún más alta, del 50%, 60%.
¿Realmente son más felices los matrimonios mexicanos, y por eso las tasas de divorcio son más bajas que en otros países?
Como sabemos bien, las investigaciones sociales no son las mejores en nuestro país. Lo que sí sé es que México sigue siendo un país sumamente religioso, lo cual influye en el estigma hacia el divorcio y, por supuesto, en el “qué dirán”.
Sin contar que en México no existen leyes fuertes que obliguen a los padres a dar manutención a los hijos. Por lo tanto, muchas mujeres aguantan por el bienestar de sus hijos.
Este artículo no es un “consuelo de desdichados”, no. Es un análisis social que muestra que, aunque las estadísticas de divorcio en nuestro país sean más bajas que en otros, aún así significa que 33 de cada 100 matrimonios terminan en divorcio.
Además, del porcentaje restante que sigue casado, en realidad no se sabe cuántos están verdaderamente felices en su matrimonio.
El divorcio duele, pero es mejor que estar en una relación donde uno o ambos no son felices.
Quizás fue tu decisión, o quizás fue la de tu pareja, o tal vez fue una decisión mutua. Sin importar quién dio el paso hacia el divorcio, es mejor dejar una relación en la que tú o tu pareja no son felices, un buen divorcio que abra nuevas oportunidades para ambos.
Quizás tú eras feliz, pero tu pareja no lo era, y eventualmente su infelicidad se habría reflejado en tu vida diaria, convirtiendo tu vida en un infierno.
Otro aspecto difícil de vivir en pareja es cuando uno es miserable y tienes que enfrentarlo a diario, lo cual puede ser abrumador. Al final, ni tú puedes ser la fuente de felicidad de tu pareja, ni viceversa.
¿Quién dice que una persona es la correcta para el resto de nuestras vidas?
¿Por qué se supone que una persona tiene que ser la correcta para el resto de nuestras vidas? Como seres humanos, crecemos, evolucionamos y cambiamos. A veces, una pareja crece junta y en la misma dirección, pero otras veces no.
¿Por qué forzar algo que ya no está funcionando?
Una persona muy sabia una vez me dijo: “Hay personas que son las indicadas en ciertas etapas de tu vida, y viceversa, se encuentran y se complementan. Pero muchas veces crecen en direcciones opuestas, y es hora de dejar ir, o terminas caminando el rumbo de otra persona”, en estos casos un buen divorcio puede ser la solución a problemas de pareja que ya no tienen solución.
No es un fracaso, es el final de una etapa.
Una persona una vez me dijo: “Divorciarte es fracasar, fracasaste en hacer que tu relación durara”. ¿Es realmente un fracaso? Entonces, ¿forzar algo y vivir infeliz al lado de una persona con la que ya no te la llevas es el éxito?
Una amiga de la familia, a quien llamaremos Susi, duró 50 años casada, hasta que su esposo HDP (iniciales de hijo de puta) murió. El mal hombre le hizo la vida imposible a Susi: era abusivo, flojo, violento, egoísta, una persona muy nefasta.
Susi, siendo de la vieja escuela, se quedó casada hasta que la muerte los separó, cuando ella tenía 75 años.
Susi, a sus 75 años, estaba cansada de la vida y solo conocía la infelicidad. Era una viejita muy linda, que abiertamente compartía su tormento para educar a otros y darles otra perspectiva, Dios bendiga a Susi. Me contó de todas las cosas que no pudo hacer, todo el amor que no recibió, todas las faltas de respeto que aguantó y todos los años que perdió.
¿Divorciarse es un fracaso? Y si lo es, ¿qué importa? Todos hemos fracasado en algo.
No te dejes llevar por las apariencias.
En las redes sociales, el mundo parece perfecto y todos parecen amarse con locura y pasión. Pero volvamos al mundo real: la vida de nadie es perfecta.
Personalmente, he conocido parejas hermosas que se llevan increíble y han estado casadas por años. Pero también conozco muchas otras que debieron haberse divorciado hace tiempo, y probablemente tú también conoces ambos tipos de parejas.
La realidad es que a veces es más conveniente vivir en pareja: el cuidado de los hijos, el dinero, la renta/hipoteca, los servicios, las tareas del hogar. Pero a veces las cosas no fluyen con tanta facilidad, y una persona termina soportando una carga descomunal, lo que lleva al conflicto y a la infelicidad.
A veces las diferencias se pueden solucionar y la pareja supera los problemas, pero muchas otras veces no, y no es justo para nadie tener que soportar una situación que no tiene solución y solo trae amargura.
Todo es temporal, incluso el mejor de los matrimonios.
Podrá ser una perspectiva algo nihilista, pero al final todo es temporal, y todas las relaciones terminan, ya sea por ruptura o divorcio, o por la muerte. Pero al final, todo es temporal, y todo tiene un final.
Sí, es difícil cuando el final llega antes de lo esperado, pero el dolor también es temporal.
El divorcio duele, pero pasa.
Duele, es difícil, pero pasa. Sí, hay una vida más allá del divorcio, aunque no sea la misma que conocías. En algunos aspectos será mejor, en otros será peor.
Es una nueva realidad, es una nueva vida, la vida después de tu pareja. Es volver a conocerte, plantearte nuevas metas, porque “nuestras metas” ya no existen, ahora son “tus metas”.
A la larga, siempre será mejor, porque como mencioné anteriormente, ya sea que fue tu decisión o la suya, una relación es de dos, y donde uno ya no quiere estar, ahí no es, sigue caminando.